sábado, 14 de enero de 2012

Comunicadores artificiales II

Hablar con una entonación artificial no es patrimonio de los locutores que empiezan. También les ocurre a los oradores novatos o, más cerca de nosotros, a las personas que hablan por los servicios de megafonía de grandes almacenes, centros oficiales, estaciones, etc. La mayoría hablan así por dos motivos fundamentales: Porque nadie les ha dicho cómo tienen que hacerlo correctamente y porque imitan lo que han escuchado con anterioridad. Vamos a escribir un típico mensaje de los que suenan por megafonía en una gran superficie y vamos a leerlo de dos maneras diferentes: Primero respetando los signos de puntuación y las curvas de entonación y segundo, como se escucha habitualmente.

Este es el mensaje:
“Atención señores clientes, les informamos que en nuestra sección de charcutería podrán encontrar salchichón de Albacete por 15 euros el kilo. Si, ha oído bien, 15 euros el kilo. Dese prisa, la oferta finaliza hoy, a las 8 de la tarde”. Gracias".

“Atención por favor, responsable de juguetes pase por caja 8”. Gracias".

Escuchar grabación:

¿Cuál es más convincente? Si el objetivo de cualquier mensaje que se emite es llegar con claridad al receptor, sea cual sea su contenido, ¿cuál de los dos consigue mejor su propósito?
Cuando hablemos por un micrófono tenemos que hacerlo con convicción. Hemos de convencer al receptor de que los primeros que creemos en lo que decimos, somos nosotros. Y eso se consigue con una entonación correcta y cuanto más natural, mejor. Jamás con una entonación artificial.
Si en nuestra vida cotidiana utilizamos nuestra capacidad de convicción y nos da resultado, no cambiemos al ponernos delante de un micrófono. Utilicemos esa misma estrategia para convencer a nuestra audiencia.

(En el apartado de ejercicios, ver ejercicio 2)

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