jueves, 26 de enero de 2012

Publicidad política en la radio (ARTÍCULO DE OPINIÓN)

El próximo 25 de marzo se celebran en Andalucía elecciones autonómicas y los partidos políticos ya han empezado la precampaña. Acabo de escuchar una cuña política en una emisora de radio aunque sería más exacto si dijera que la he escuchado dos veces en la misma tanda (sucesión de anuncios que se emiten de forma encadenada de 2 ó 3 minutos de duración).

La cuña consistía en una voz femenina advirtiendo de lo malvados que son los líderes del partido contrario. Por la forma de hablar no me ha quedado claro si es una persona que jamás ha "locutado" nada, que no ha leido ni en el colegio y que tiene de actriz lo que yo de bombero o si es la hermana, prima, novia, hija, esposa, querida, etc., de alguien del partido que el micrófono más cerca que ha tenido en su vida es el de los mítines a los que asiste.

¿No se dan cuenta en este partido que hacen el ridículo con esa publicidad? ¿Que anuncios así no llegan a nadie? ¿Que los del otro partido se tienen que estar partiendo de risa? ¿Que el oyente se va a fijar más en lo mal que habla la chica que en lo que dice? ¿Que es dinero derrochado estúpidamente?

Si quieren naturalidad, que busquen una excelente actriz, que en su ciudad seguro que las hay, o si no, que graben a 50 mujeres no profesionales y seleccionen la mejor toma (hay varias técnicas para conseguir resultados óptimos con frases de gente de la calle).

Y si quieren eficacia que busquen una buena actriz o una buena locutora que comunique claramente el mensaje que desean dirigirles a los votantes.

Por último, lo más básico, el montaje (la mezcla de música y voz), también es lamentable.

Conclusión:

1. El anuncio no consigue el objetivo para el que se creó: El mensaje no llega al oyente.

2. Si en plena crisis los partidos políticos venden que van a crear empleo, la imagen que dan con la grabación de esta cuña no es la que se espera de ellos echando mano de alguien que no sabe hablar cuando hay cientos de valiosos profesionales en paro, o trabajando por una miseria, que están pasándolo mal.

3. SI lo hacen por ahorrarse dinero, pues que no hagan campaña y ahorren, que si van a hacer todo como en estas cuñas… Además el precio de una cuña bien hecha, en estas campañas, es menos del 5 % del total. Pueden pagar 2.000 ó 3.000 € por una campaña y ahorrarse la cuña (entre 40 y 100 €), pero que tengan la seguridad de que los están tirando a la basura. Pueden haber contratado dos mil pases pero si la cuña es una porquería, serán dos mil porquerías emitidas.

4. Se supone que cada partido tiene un departamento, un equipo o alguien que supervisa estas cosas y que nunca permitiría que algo capaz de perjudicar al partido se pudiera emitir, salvo que sea el topo que busca Mourinho...

En fin, no he dicho qué partido es, porque no quiero ser responsable de otro parado más.

sábado, 21 de enero de 2012

Recomendaciones previas II. El calentamiento.

Teóricamenté, cualquier profesional que utilice la voz como instrumento de comunicación (cantante, locutor, político, comercial, actor, etc.) debe de conocer la importancia que tiene calentar los diferentes elementos que intervienen en la fonación. Al igual que un deportista calienta sus músculos para afrontar un esfuerzo, el profesional de la voz debe calentar sus músculos para hablar sin dificultad, con la voz completa y para evitar una sobrecarga, un uso inadecuado o un cuadro de fatiga vocal.

No nos imaginamos a un futbolista saltando al campo o a un atleta afrontando una carrera sin haber calentado previamente. En cambio en los comunicadores, es lo habitual. Probablemente por algo que he comentado en otras ocasiones: La falta de formación. Conclusión: Como nadie nos ha enseñado la importancia que tiene el calentamiento, decidimos que no la tiene.

"Denme tres horas para cortar un arbol y las dos primeras las usaré para afilar mi hacha".
(Abraham Lincoln).

Es muy importante prepararse para hacer cualquier esfuerzo o tarea. El profesional de la voz debe preparar los músculos de la nariz, del rostro, los labios, la lengua, la boca, el diafragma, la laringe, etc. No digo que tengamos que estar calentando más de media hora, como haría un cantante lírico, pero un reducido listado de ejercicios sería muy beneficioso.

Esta es una rutina que no resta mucho tiempo (5 minutos), pensada para que se pueda hacer en la vida profesional minutos antes de ponerse delante de un micrófono. Quizás no sea la mejor pero, es la que yo uso y para mí, da un resultado óptimo. Se puede realizar al mismo tiempo que ensayamos lo que vamos a leer o decir:

- Mantén durante 10 segundos la boca totalmente abierta, forzando los músculos faciales.

- Abre y cierra la boca. Primero sin emitir sonido y posteriormente pronunciando a, o, a, o, a, o... (Siempre forzando los músculos faciales). 30 ó 40 segundos.

- Forzando los músculos faciales (perdón por la insistencia), encadena una sucesión de palabras que contengan las vocales fuertes (a, e y o): calabaza, cereza, caramelo, pelota, etc.). 30 ó 40 segundos.

- Expulsa aire emitiendo una B, que infle los carrillos (la parte que rodea la boca hasta las mejillas) y dejando una leve separación entre tus labios para que salga el aire. Debes sentir que vibra tu pecho, espalda, cabeza. Cuanta mayor vibración sientas, el resultado será mejor. Después emite una M sonriendo. Esto permitirá que se incremente el sonido. El aire debe salir por la nariz. Siente como vibra tu cabeza y otras partes de tu cuerpo. 1 minuto aproximadamente.

- De pie, respira profundo. Inspira en cuatro tiempos cogiendo el aire por la nariz, llenando los pulmones hacia su base, hacia el abdomen, y espira en 10 tiempos intentando controlar la expulsión del aire con el músculo del diafragma. (Así es la respiración diafragmática de la que hablaremos próximamente). 5 ó 6 repeticiones.

- Vamos a forzar la posición labial y de la lengua. Coloca un lapiz o bolígrafo en horizontal entre tus muelas y lee media página en voz alta procurando que se entienda lo que dices y, por supuesto, forzando los músculos faciales. (Este es uno de los ejercicios más eficaces y antiguos que existen).

- Forzando todos los músculos que intervienen en la fonación, ensaya en voz alta media página tal cual las vayas a leer después ante el micro.

Obviamente los ejercicios de calentamiento de la voz son muchos más, y más prolongados, pero es mejor que el comunicador se cree una pequeña y sencilla rutina que no le reste mucho tiempo y que sea fácil y que no ocurra como desgraciadamente pasa a diario en los medios audiovisuales donde casi nadie calienta la voz provocando numerosas situaciones no deseadas.

viernes, 20 de enero de 2012

Recomendaciones previas I. El texto.

La lista de excusas puede ser todo lo larga que queramos. Lo cierto es que en muchísimas ocasiones no tomamos ninguna precaución antes de ponernos delante de un micrófono:

¿He preparado bien lo que voy a decir? Bueno, eh,... sé de qué va...
¿Se lee claramente el texto que he escrito? Es mi letra. Más o menos la entiendo...
¿Estoy tranquilo? ¡Uhm...! No lo sé.
¿He calentado? ¡Ejem! ¿Calentar? ¿El qué?
Resumiendo, ¿Estoy en las mejores condiciones para enfrentarme al público? ... NO.

Las prisas, la desidia, la rutina, el estado de ánimo, etc., no son excusa. Hemos podido trabajar mucho el contenido de un mensaje pero si no lo transmitimos correctamente, y hacemos que llegue con la necesaria claridad, podemos tirar por la borda todo el trabajo previo.

Es cierto que en los medios audiovisuales, el tiempo juega en nuestra contra y las prisas nunca van a desaparecer, pero si somos capaces de incluir en nuestra rutina unos "pequeños detalles", el mensaje que transmitimos y nuestra forma de comunicar, mejorará considerablemente.

La mayoría de las recomendaciones que voy a comentar, parecen de Perogrullo pero, lo cierto, es que no se suelen tener en cuenta.

No entiendo por qué si tenemos la posibilidad de mejorar nuestro el trabajo, nosotros mismos nos empeñamos en estropearlo.



1. Partimos de un texto que hemos redactado. Lo primero que hay que analizar es cómo lo hemos escrito: Evita hacerlo a mano. Siempre por ordenador. A un tamaño de fuente mínimo de 14 y a doble espacio. Es absurdo hacerlo más pequeño. En su día te hablaré de la lectura pero, de momento, pensemos en facilitarnos la visualización de un texto todo lo que podamos. Es mucho más rápido y eficaz leer un texto de tamaño 14 y a doble espacio que otro a tamaño 12 y a espacio simple. El riesgo de equivocación se reduce considerablemente.
¡Ojo! Nunca cortes una frase al final de una página. Acaba siempre con un punto y aparte.

Si tienes la oportunidad, fíjate en los discursos escritos de los políticos, o del propio Rey. El tamaño de fuente es superior a 20 y la separación entre líneas es grandísima (No más de 10 ó 12 líneas por página).
Por eso, verás que los oradores que toman estas precauciones, difícilmente se equivocan.

2. Hemos de familiarizarnos con el texto. Léelo primero en voz baja. Da lo mismo si lo has escrito tú u otra persona. Es fundamental comprenderlo, localizar las dudas, las dificultades y resolverlas y ensayarlas (cifras, palabras de complicada pronunciación, nombres propios extranjeros, etc.).
Subraya y recalca lo más importante para después, en la lectura ante al público, poder enfatizar y destacarlo.

3. Ahora, léelo de nuevo en voz alta pero, exactamente igual que como lo vayas a hacer ante el micrófono. Esto es muy importante. Por un lado sirve para "ver cómo te suena" y localizar algún error gramatical, una frase mal construida, etc., y por otro, es un perfecto ensayo general que además ayuda a calentar y a perder los nervios.

Ahora sí. Ya tenemos preparado el texto que vamos a leer.

sábado, 14 de enero de 2012

Cómo hacer los ejercicios


En este blog propongo ejercicios que suelo realizar en los cursos y talleres que imparto.

Saber realizar un ejercicio, no es la solución a un defecto, carencia o error en tu forma de hablar ante un micrófono. Sólo la práctica continua, la constancia y la dedicación, te permitirán alcanzar considerables mejoras en tu locución.

Yo propongo ejercicios con los que se consiguen logros. De ti depende llegar a alcanzarlos.

Por ejemplo, si tu problema es que no vocalizas, te puedo enseñar el mejor ejercicio del mundo para corregirlo pero, si no lo practicas asiduamente seguirás sin vocalizar por muchos cursos o talleres que hagas.

Para corregir un defecto o una carencia, lo primero que debemos hacer es saber cuál es nuestro problema y reconocerlo, segundo encontrar la solución y tercero llevarla a la práctica.

Es imprescindible disponer en nuestra casa de un soporte para grabarnos y escucharnos. No ha de ser el mejor del mercado pero se recomienda que tenga un mínimo de calidad. Si lo puedes hacer en tu ordenador mucho mejor, porque así podrás guardar los ejercicios y valorar tus avances.
Conviene disponer de una habitación donde tener intimidad porque habrá ejercicios en los que tendrás que interpretar, cantar o gritar y si lo haces delante de alguien,… vamos, que podría pensar cualquier cosa rara de ti.


Es fundamental no limitar tus capacidades. Si tienes que imitar a un personaje porque lo dice el guión, si tienes que simular que lloras, si tienes que gritar, cantar, silabear, tararear, hacer escalas, etc., hazlo sin miedo, no te cortes. Esto es un banco de pruebas, un entrenamiento, estás tú solo encerrado en una habitación. No te pongas límites. Estamos acostumbrados a movernos entre unos segmentos fijados por un lado, por la vergüenza y el miedo al ridículo y por otro por la educación y el qué dirán. Si somos comunicadores, hemos de utilizar todas las “armas” que tenemos a nuestra disposición y es probable que muchas de ellas ni siquiera sepamos que las tenemos. Si es así, ha llegado el momento de descubrirlas. Arriesga, e incluso, antes de quedarte corto, exagera.

Es muy importante ser autocrítico porque si no, será imposible conseguir logros. Si hay alguien cerca de ti en quien confíes, esposo/a, novio/a, madre, padre, abuelos, etc., pero que sea crítico y no adulador, además de disponer de paciencia infinita, ponle tus grabaciones para que te dé su opinión.

Por último. Yo nunca, salvo excepciones matizadas, grabaré un ejercicio. Te explicaré cómo se hace, pero debes de ser tú quien decida cómo realizarlo. Si yo grabo un ejercicio de una forma determinada, bien, mal o regular, sin quererlo me vas a imitar porque vas a intentar seguir un modelo y eso es contrario a lo que yo defiendo: Debes de ser tú, con tu forma de hacer las cosas, con tu manera natural de comunicarte, con tu carácter, tu impronta personal y única, quien se enfrente a cada ejercicio sin condicionantes externos.

A partir de ahí, sí podré ayudarte en mejorar y en alcanzar los objetivos.

Visita la página de EJERCICIOS

Comunicadores artificiales II

Hablar con una entonación artificial no es patrimonio de los locutores que empiezan. También les ocurre a los oradores novatos o, más cerca de nosotros, a las personas que hablan por los servicios de megafonía de grandes almacenes, centros oficiales, estaciones, etc. La mayoría hablan así por dos motivos fundamentales: Porque nadie les ha dicho cómo tienen que hacerlo correctamente y porque imitan lo que han escuchado con anterioridad. Vamos a escribir un típico mensaje de los que suenan por megafonía en una gran superficie y vamos a leerlo de dos maneras diferentes: Primero respetando los signos de puntuación y las curvas de entonación y segundo, como se escucha habitualmente.

Este es el mensaje:
“Atención señores clientes, les informamos que en nuestra sección de charcutería podrán encontrar salchichón de Albacete por 15 euros el kilo. Si, ha oído bien, 15 euros el kilo. Dese prisa, la oferta finaliza hoy, a las 8 de la tarde”. Gracias".

“Atención por favor, responsable de juguetes pase por caja 8”. Gracias".

Escuchar grabación:

¿Cuál es más convincente? Si el objetivo de cualquier mensaje que se emite es llegar con claridad al receptor, sea cual sea su contenido, ¿cuál de los dos consigue mejor su propósito?
Cuando hablemos por un micrófono tenemos que hacerlo con convicción. Hemos de convencer al receptor de que los primeros que creemos en lo que decimos, somos nosotros. Y eso se consigue con una entonación correcta y cuanto más natural, mejor. Jamás con una entonación artificial.
Si en nuestra vida cotidiana utilizamos nuestra capacidad de convicción y nos da resultado, no cambiemos al ponernos delante de un micrófono. Utilicemos esa misma estrategia para convencer a nuestra audiencia.

(En el apartado de ejercicios, ver ejercicio 2)

viernes, 13 de enero de 2012

Comunicadores artificiales I

Hoy en día, los medios de comunicación están repletos de comunicadores con entonaciones artificiales. Entonaciones que jamás utilizaríamos en nuestra vida cotidiana pero que, de tanto escucharlas, las hemos aceptado en radio, televisión, internet, etc.

Alguien debería explicar al nuevo locutor, comunicador, redactor, etc., que los signos de puntuación (puntos, comas, dos puntos, etc.) están para algo. Que las curvas de entonación, son las guías más claras de cómo debe de ser una lectura. Por ejemplo cualquier frase enunciativa que acabe con un punto (final, aparte o seguido), debe de leerse finalizando con una entonación “hacia abajo”, cerrando la frase, tal y como haríamos en una comunicación natural en nuestra vida cotidiana. Nunca, insisto nunca, debe de hacerse de otra manera.

Desgraciadamente, en la actualidad, vemos multitud de ejemplos con lo contrario. Estas entonaciones restan credibilidad a un mensaje. Para que éste llegue con la máxima claridad al receptor, la entonación debe de ser la correcta.

Pero quiero ir más allá. La mayoría de los profesionales que incurren en el error de la lectura artificial, llevan poco tiempo ejerciendo. Las personas experimentadas en hablar cara al público, locutores, presentadores, tertulianos, oradores, políticos, etc., utilizan correctamente los signos de puntuación y las curvas de entonación, es decir “suenan naturales” y por tanto creíbles, convincentes. El profesional experimentado sabe modificar su entonación, ritmo, énfasis, etc., en función del mensaje que quiere enviar. En cambio el artificial, tiene totalmente viciada su forma de leer y comunicar, y siempre sonará igual sea cual sea el contenido de su mensaje.

Me cuentan, que hay medios de comunicación que exigen a sus nuevos comunicadores que sean artificiales. No te confundas, no es un estilo, es una estrategia empresarial. Quieren que todos sus locutores suenen igual, que no destaque nadie, como si fueran máquinas, para que cuando haya que prescindir de alguno, nadie lo note.

Hay que luchar por ser uno mismo. Busquemos nuestros errores y corrijámoslos, pero no nos volvamos artificiales porque en un futuro, esto sólo nos traerá problemas y limitará nuestras capacidades.

Os dejo un ejemplo grabado. Este es el texto que aparece en el audio.

“Marcadas con la D de demolición. Así se encuentran 20 casas en Zarzilla de Ramos y otras 10 en La Paca. Será a partir del lunes cuando se proceda a su derribo. Por eso esta mañana sus dueños se apresuraban a recoger enseres y recuerdos entre llantos y sollozos.”


(En el apartado de ejercicios, ver ejercicio 1)

jueves, 12 de enero de 2012

Falta formación

Un alto porcentaje de los alumnos que asisten a los diferentes talleres, cursos, encuentros que imparto, son jóvenes licenciados en Periodismo o Comunicación Audiovisual. Aunque a alguien pueda sorprenderle, las personas que cursan estas carreras, en la mayoría de los casos, no reciben formación alguna sobre locución. Un estudiante que quiere ser periodista radiofónico o televisivo, suele terminar sus estudios sin pisar una emisora de radio o televisión.

La única experiencia la consiguen buscando colaboraciones fuera de la Universidad. Por eso, cuando por fin llega el día y tienen que ponerse delante de un micrófono, los 5 ó 6 años de carrera, los posibles sobresalientes, los esfuerzos, las horas de estudio, etc., no sirven para nada. El brillante titulado se da cuenta… ¡Socorro, no estoy preparado! ¿Vocalización, ritmo, énfasis, entonación, naturalidad, etc.? ¿Qué? ¡¡A mí nadie me ha enseñado eso!! De repente te ves imitando a algún locutor o convirtiéndote en un saco en el que empezarán a acumularse vicios y errores que después serán de difícil corrección. Bienvenido a la realidad.

De este tema se podría hablar largo y tendido: ¿Por qué hay tantos licenciados que una vez finalizados sus estudios no tienen ni idea de cómo desenvolverse en la vida profesional? ¿No habría que realizar un análisis profundo sobre el contenido de algunas materias e incluso sobre los propios docentes?
Nunca entenderé cómo profesores que jamás han tenido experiencia profesional, pueden impartir asignaturas de Comunicación audiovisual o de cualquier otra carrera.
¿De qué vivencias profesionales, que tanto enriquecen las clases, puede hablar un docente que lo único que ha hecho, antes de impartir una asignatura en Comunicación Audiovisual, es ser profesor en alguna materia teórica que nada tiene que ver con la comunicación?

No es coña, algunos alumnos me han contado que descubrían profesores que se habían bajado los apuntes del “rincón del vago.com”.

miércoles, 11 de enero de 2012

Rechaza imitaciones

Para bien o para mal cada uno de nosotros es único. Con nuestras virtudes y defectos, nuestro carácter, educación, formación, amistades, etc. Desde mi punto de vista ese debe de ser nuestro gran valor. Jamás hay que imitar. Coger ideas, si. Fijarnos en las cosas buenas que hacen los grandes y adaptarlas a nuestro estilo, si. Pero copiar, nunca. Todos conocemos, cerca de nosotros, al típico graciosillo que imita a Chiquito, o al de Martes y 13, o a cualquier famoso de la tele. Y simplemente es eso, una persona que imita.

El gran problema de los imitadores es que nunca serán ellos mismos, serán sólo malas copias de un original. Interpretan un personaje que no es el suyo, que además tiene fecha de caducidad, y muy difícilmente van a poder recuperar su identidad.

A lo largo de mi vida profesional he conocido bastantes compañeros que imitaban. Lo digo rotundamente, nunca llegaron a nada. Hace unos días viajando por Andalucía (no daré más detalles) escuché a una chica que era una copia de Gemma Nierga. La copia era tan descarada que incluso copiaba sus dejes catalanes. Por un momento la imaginé adaptándose a una transmisión en situaciones extremas: en una manifestación muy ruidosa, en un concierto de rock,… ¿Lo haría igual? ¿Seguiría imitando?.

Si tenemos claro que, como comunicadores, tenemos que ser nosotros mismos, nos será muchísimo más fácil adaptarnos a cada situación e imprimirle a nuestro mensaje el sentimiento que queramos. Y además, llevará nuestro sello personal.

Y si los otros quieren,... ¡Qué nos imiten!

martes, 10 de enero de 2012

Todos podemos hablar delante de un público

“Todos podemos hablar delante de un público”. Esta afirmación es la que me anima a crear este blog. Para hablar ante un micrófono, hoy en día, no se exige tener una gran voz como antiguamente. Sólo necesitamos saber utilizar la que tenemos. Hemos de convencernos de que disponemos de la suficiente materia prima y no es necesario disfrazarla. Los seres humanos nos comunicamos desde el día en que nacemos. Toda nuestra existencia posterior es un entrenamiento de esta capacidad. Pero entonces, un día, sucede que necesitamos comunicar algún mensaje importante, no ante una persona o la pandilla de amigos, sino ante cientos, miles de personas. Bienvenido a la comunicación de masas.
Por diferentes motivos, y en la mayoría de los casos sin darnos cuenta, dejamos de ser nosotros mismos e imitamos a otras personas. ¿Falta de confianza? ¿miedo al ridículo? ¿no nos gusta nuestra voz? ¿?
¿Por qué, en vez de copiar los vicios de los demás, no tratamos de mejorar nuestra forma de comunicar, la que llevamos usando desde que nacimos?
Analicemos nuestras carencias, nuestros errores, nuestros vicios y trabajemos para corregirlos. Mejoremos nuestra forma de comunicar. La nuestra, única y personal. Seamos nosotros mismos y no imitemos. De eso se trata.
En la actualidad, los medios de comunicación audiovisuales están llenos de locutores artificiales, llenos de vicios, con entonaciones poco creíbles y desgraciadamente nos estamos acostumbrando a ellos. La mayoría no han recibido formación para ser locutores ¿será por eso que imitan?

El mensaje


 
Lo primero que debemos tener, antes de ponernos delante de un micrófono, es algo que decir. Si no tienes nada que decir, mejor cállate. En los medios de comunicación de hoy, las frases hechas, vacías, sobran. El receptor (oyente, espectador, etc.) tiene demasiadas ofertas como para quedarse escuchando un mensaje que ya conoce de sobra.

La misión de un comunicador es trasmitir un mensaje. Pero éste debe enviarse de la forma más clara posible para que el receptor lo comprenda sin dificultad. Si has trabajado en el contenido de un mensaje pero no sabes transmitirlo, tu esfuerzo no habrá servido de nada. Si tienes una excelente voz pero tu dicción, entonación o vocalización no son correctas, el mensaje se pierde.
 
Recuerda siempre esta máxima: "Es un derecho del oyente recibir el mensaje con la mayor claridad y es un deber del comunicador hacérselo llegar con la máxima eficacia."