viernes, 5 de abril de 2013

TE QUIERO A LAS DIEZ DE LA MAÑANA. Jaime Sabines


Una nueva grabación de un texto corto de Jaime Sabines que me gustó desde que me lo crucé hace unos días. Lo comparto con vosotros/as y os dejo el texto por si os animáis a grabarlo:

Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que guardo para mí.

Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que estás hecha para mí, que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos me convencen de ello, y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu cuerpo. Tú vienes toda entera a mi encuentro, y los dos desaparecemos un instante, nos metemos en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo hambre o sueño.

Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días también, hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de otro. Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo. Ya ves. ¿Quién podría quererte menos que yo, amor mío?

 
Y por si lo queréis escuchar en la voz del autor:
http://youtu.be/KRTwHdWG6Bs

miércoles, 3 de abril de 2013

LA ÚLTIMA FLOR. James Thurber

Hacía tiempo que no compartía ninguna lectura en el blog. Si constantemente estoy diciendo que hay que practicar, creo que “debo predicar con el ejemplo”.
Hace unos días descubrí por casualidad un interesante blog dedicado a narrativa breve con una excelente selección de textos que están pidiendo a gritos que alguien los coja para leerlos en voz alta: http://lanarrativabreve.blogspot.com.es
Hoy me he atrevido con un intrigante relato de James Thurber: LA ÚLTIMA FLOR Como se trata de disfrutar y de personalizar cada texto,  se me ha ocurrido en esta ocasión leerlo con un tono grave, íntimo, quizás un tanto alejado de mi timbre de voz habitual.
Os animo a que sigáis practicando y disfrutando de la lectura de grandes textos y, si podéis, que la acompañéis con una cuidada música.
En este caso he elegido el “Adaggio for Strings” de Samuel Barber.
Espero que os guste.