martes, 18 de septiembre de 2012

LA LECTURA. 3ª parte

Leer correctamente significa interpretar adecuadamente un texto y hacerlo llegar al oyente con la mayor claridad.
En el primero de los artículos hablaba de que el dominido de la lectura en voz alta, precisa de varias fases: Formación, dominio de la técnica y entrenamiento constante. Dentro del dominio de la técnica nos hemos detenido en los errores más extendidos entre los lectores públicos: Bajar el tono de nuestro timbre de voz al comenzar la lectura o leer con una entonación incorrecta y artificial. Hay otros muchos errores menos “perjudiciales” que estos pero que también hacen bajar la calidad de nuestro trabajo.
Un error habitual entre los locutores, sobre todo entre los que se dedican a la publicidad es comenzar las frases marcando exageradamente la primera sílaba de la primera palabra a pesar de ser una sílaba átona (sílaba no acentuada). Por ejemplo, en el texto “Atención, compre antes del día 11 y ganará una sartén…”, se marcaría equivocadamente la “A” inicial. Si cumpliéramos las normas de una correcta entonación empezaríamos nuestra curva melódica desde cero hasta la primera sílaba acentuada y por lo tanto acentuaríamos “ón”. Este error es habitual en palabras que comienzan por vocal y que sirven para llamar la atención del oyente: Increíble, impresionante, etc. (ver vídeo)
La lectura correcta en voz alta, se basa en el dominio de la vocalización, la dicción, la entonación, el ritmo, las pausas, etc., en una correcta entonación y acentuación de las palabras y además, en la habilidad de llevar nuestra mirada por delante del sonido de nuestra voz. Cuando pronunciemos una palabra, nuestra mirada debe de estar en 4 ó 5 palabras a la derecha.  No es nuestra voz la que descifra el texto escrito y lo convierte en sonido, es nuestro cerebro. La vista capta la información y la envía al cerebro, éste la asimila y la convierte en sonido por medio de nuestro aparato fonador emitiéndola al exterior con nuestra voz. Si conseguimos leer así, nos iremos anticipando a posibles dificultades gramaticales, de pronunciación, etc. y comprenderemos mejor el contenido facilitando su interpretación.
No te asustes. Después de leer el último párrafo puede parecer muy difícil pero no es así. Voy a decirlo de otra manera. Para leer bien en voz alta, hay que leer mucho en voz alta. ESTA ES LA CLAVE.
 
Entrenamiento constante
Vamos a partir desde cero. Para llegar a ser un buen lector en voz alta es fundamental, LA CONCENTRACIÓN. El lector público se despista muy fácilmente. Cuando leemos un libro, lo hacemos con la intención de enterarnos de lo que dice. Nos concentramos en comprender su contenido y si nos despistamos en algún momento, retornamos a un punto anterior y volvemos a leerlo. La lectura ante un público, debería de ser así y en cambio no lo es. ¿Por qué? Porque son muchos los elementos que pueden desviar nuestra atención: ruidos inesperados, público hablando, pensamientos ajenos  a la lectura, deseos de acabar, etc. Nuestra voz emite el texto que leemos pero nuestra mente se encuentra en otro lugar, en cualquier escenario que nada tiene que ver con el texto que estamos convirtiendo en sonido.
Es muy importante la concentración para evitar errores, comprender la lectura, entonar correctamente, etc. Además, si no estamos concentrados, difícilmente podremos adelantar nuestra mirada a nuestra voz.
Como decía al comienzo de esta serie de artículos, la mayoría de los locutores o lectores no han tenido una formación específica para poder usar la lectura en voz alta como herramienta profesional.  La mayoría ha ido adquiriendo práctica y experiencia ejerciendo su trabajo, lo que conlleva un alto riesgo para adquirir vicios y errores.
Independientemente de si ese día ha hablado o no ante un micro, todo profesional de la voz debería cada día dedicar al menos 10 minutos a practicar la lectura en voz alta.
Es así de simple y de comprometido a la vez. 10 minutos de concentración máxima, donde habrá que empezar desde cero.
 
EJERCICIO. (incluído en la página de ejercicios)
Elige un texto rico en expresividad. Imprime una página a un tamaño bien grande. Como mínimo un cuerpo de 14 y a doble espacio. Empieza a leer muy, muy, pero que muy lentamente, exagerando la vocalización, forzando los músculos faciales, colocando correctamente lengua, dientes, labios, etc. Siendo conscientes de la entonación que le damos a las palabras, su acentuación, respetando los signos de puntuación y dibujando correctamente la curva melódica. Insisto en la lentitud. Manteniendo ese ritmo lento, muy lento, vamos a intentar adelantar nuestra mirada a nuestra voz algunas palabras, poco a poco. Cuando veas que se acerca un punto, levanta la mirada del papel y termina la frase sin mirarlo. Grábate y después escucha lo que has grabado.
Este ejercicio te va a permitir controlar la velocidad, ejercitar los músculos que intervienen en la fonación y mejorar tu vocalización. Mejorar tu entonación y por lo tanto hacer más creíble tu lectura. Mejorar tu interpretación y el control de las pausas.
Deberás practicarlo al menos durante 15 días a la misma velocidad, con la misma lentitud, y cambiando cada día de texto. Pasado ese tiempo deberás imprimirle poco a poco más velocidad. Serás tú con la autocrítica quien decida si debe o no aumentar la velocidad. Tú debes decidir si las grabaciones están bien o no. Si crees que no eres objetivo contigo, pide ayuda a alguien de confianza que no te mienta y adule. Y que sea capaz de juzgar tu grabación.
Cuando pasado un tiempo, llegues a leer con la velocidad propia que requiere cada texto, deberás seguir practicando cada día 10 minutos mezclando diferentes textos, de contenidos muy distintos entre si: poesía, prosa, alegres, tristes, cuentos, monólogos, noticias, etc.
La practica diaria es básica para mantener e incluso mejorar nuestro nivel profesional, para evitar y corregir posibles vicios, para conservar nuestra personalidad y no dejarnos llevar por modas o estilos perjudiciales. Hay muchos ejercicios para mejorar la lectura. Personalmente te animo a que practiques los que potencien la concentración.
A continuación mira y escucha el siguiente vídeo:

 
Acabo estos artículos dedicados a la lectura reiterando la necesidad del profesional del micrófono de esforzarse por mejorar, El ritmo del “día a día” hace en muchas ocasiones que centremos nuestra atención en otros aspectos de nuestro trabajo sin darnos cuenta que todo el esfuerzo previo deberá pasar obligatoriamente por la exposición ante el micro. Si ésta no es correcta, todo nuestro esfuerzo previo habrá sido en vano.

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