jueves, 22 de marzo de 2012

El acento

Recuerdo que cuando llegué a Madrid a trabajar, en la desaparecida Radio Minuto, las primeras palabras que me dirigió el director de la emisora fueron “¿Y a ti no se te notará el acento andaluz no?” Mi respuesta fue inmediata y tajante: “Por supuesto que no”, le dije. Cualquier otra respuesta me hubiese devuelto a mi tierra. Era el año 1986 y, afortunadamente, las cosas han cambiado mucho desde entonces.

Antiguamente los locutores tenían prohibido dejar notar su acento en antena. Podías tener un pronunciadísimo acento catalán, gallego o andaluz, pero cuando abrían el micro desaparecía por arte de magia y se convertía en absolutamente neutro. Pero no sólo los locutores, cualquier persona que hablaba en público, utilizaba el acento neutro como condición obligatoria.

Aún en la década de los ochenta era normal escuchar a un locutor, por ejemplo de una emisora de Granada, hablar con un correcto acento neutro en antena y cuando cerraban el micro se dirigía a sus compañeros de esta guisa: ¿”Niño, noh vamo a tomá unah cañita an ca Curro”?

Los locutores desarrollaban una extraña habilidad para hacer desaparecer su acento en antena y recuperarlo en su vida fuera del micro. Aún en esa época era impensable escuchar a un locutor con acento andaluz hablando por una emisión nacional. Lo sorprendente es que tampoco en Andalucía se escuchaban locutores con acento local. Conclusión: para ser locutor había que hablar sin acento porque así se había acostumbrado a la audiencia.

Con la llegada de las emisoras autonómicas y, posteriormente de las municipales, todo empezó a cambiar. Los gobiernos regionales empezaron a potenciar el uso de las lenguas de cada zona y a recuperar el acento propio en antena. Comenzó a emitirse en gallego, catalán, valenciano y euskera y empezaron a sonar los diversos acentos en las emisoras de Andalucía, Asturias, Cantabria y de otras regiones. Costó lo suyo. Incluso recuerdo el caso paradójico de Canal Sur donde había locutores que procedían de la “escuela del acento neutro” que obligados a hablar con acento andaluz en antena, al no estar acostumbrados, usaban un acento inventado y artificial para hablar por el micro.

Hoy estamos acostumbrados a escuchar a cualquier persona que habla en público (político, orador, locutor, tertulianos, etc.) mostrar su acento sin temor a la reacción negativa de la audiencia.

Ya no nos sorprende que el conductor de un programa nacional con acento catalán, dé paso a un compañero en la unidad móvil con acento canario y hable con tertulianos con acento gallego. E incluso lo normal es escuchar en las emisoras locales los acentos autóctonos mezclados con acentos neutros.

Si en este blog dejo claro que defiendo la naturalidad, el “ser uno mismo”, no puedo estar en contra del acento ante el micrófono. Pero defiendo la naturalidad al igual que la corrección. El locutor debe expresarse respetando las normas lingüísticas independientemente de su procedencia.

Escuché hace unos años en Cádiz (Ciudad que adoro y a la que voy cada vez que puedo) a unos niños en el Barrio de La Caleta decir lo siguiente: ¡¡“Quiyoooo, se venéi a se quedéi”!!. La “traducción” sería: “Quiyos”, os venís u os quedáis. Defiendo en la locución profesional la entonación, la “melodía” autóctona que conlleva un acento, pero estoy en contra de camuflar errores gramaticales como “características de un acento”: Si un participio acaba en “ado” o en “ido” se debe de pronunciar como “ado” o “ido” y nunca “ao” o “io”. Si una palabra está en plural, se debe de pronunciar la “s” final, Si una frase incluye un verbo en pretérito pluscuamperfecto (ej.: hubiera leído), nunca lo podemos sustituir por el condicional (habría leído) o viceversa, etc.
Pero, a pesar de todo, las cosas no están tan claras:
¿Cuál es el acento idóneo para un comunicador audiovisual?
En la comunicación oral no leída, creo que debe de ser suave. Que se aprecie en la musicalidad de tu entonación tu procedencia pero respetando las normas lingüísticas del idioma. Pero si en la locución no leída a veces resulta inevitable algún deje autóctono, en la lectura el acento debe de ser prácticamente neutro, puesto que nuestra obligación es pronunciar correctamente las palabras, cada uno de los fonemas de un texto.
En un mundo cada vez más globalizado los medios de comunicación, por medio de internet, llegan a todos los rincones del globo y cuentan con oyentes de múltiples procedencias. Usar un acento cerrado, puede dificultar la recepción clara de un mensaje. Cuanto más amplia sea tu audiencia, más suave debe de ser el acento.
¿Tener un marcado acento, limita al comunicador?
Va a depender del tipo de trabajo que desempeñes, pero si pretendes trabajar fuera de tu región deberías desarrollar tu capacidad de comunicarte con acento neutro. Por ejemplo: La locución publicitaria, en la mayoría de los casos no entiende de acentos o es impensable un actor de doblaje con un acento regional.

lunes, 19 de marzo de 2012

Comienza el curso COMUNICACIÓN EFICAZ

Por fin hoy comenzamos el curso COMUNICACIÓN EFICAZ. "La naturalidad como base de la locución audiovisual". Después de tanto tiempo de profesión va a ser mi primera experiencia como docente online.
Me he propuesto aportar mi granito de arena para ayudar a elevar el nivel de nuestra amada profesión de comunicadores orales. Lo he afirmado en otras ocasiones, FALTA FORMACIÓN. Son muchos los locutores que podrían dar un espectacular salto de calidad si recibiesen la formación adecuada. Y estoy convencido de que la mejor herramienta para comunicar por un micrófono es ser uno mismo, sin artificialidades. Paradójicamente lo habitual es dejarse llevar y convertirse en un comunicador artificial.
Haz la prueba. Grábate y escucha la grabación con objetividad. Olvídate de tu ego, es el peor consejero que puedes tener. Analízate como si fueras otra persona. ¿Cómo te oyes? ¿Te convence cómo lo haces? Pide opinión a alguien en quien confíes pero que no sea adulador ni compañero de profesión. Alguien que, como oyente, opine con franqueza.
Y hazte otra pregunta, en la forma de comunicar, de hablar ante el micrófono ¿Qué diferencias hay entre un/a locutor/a de categoría nacional de reconocido prestigio y tú?
¿Qué crees que te falta para llegar a su nivel?
Mucho menos de lo que crees. Lo primero, estar dispuesto a mejorar
Hoy empezamos con un grupo de compañeros dispuestos a mejorar. Dentro de poco, haré otra propuesta formativa. Informaremos en el blog.

martes, 13 de marzo de 2012

Palabras difíciles. Ejercicio 5

En cualquier texto nos podemos encontrar palabras que nos pueden plantear problemas a la hora de pronunciarlas. Por ejemplo Hierosolimitano. ¿Cómo “hacerles frente”?

Si conseguimos superar ese orgullo que nos animaría a leerlas con velocidad para demostrar lo buenos que somos y que en la mayoría de los casos nos hará pasar por un ridículo del que somos los únicos responsables, deberíamos repasar LAS RECOMENDACIONES PREVIAS I, II y III expuestas en este mismo blog.

Si hemos leído previamente el texto al que nos vamos a enfrentar, habremos localizado la palabra de difícil pronunciación. Si hemos hecho caso a los consejos, habremos indagado hasta saber qué significa y la habremos leído en voz alta hasta familiarizarnos con ella. Es decir, habremos reducido al mínimo, los riesgos a equivocarnos.

Pero si aún tienes dudas, la forma más segura y eficaz de leer una palabra de especial dificultad es con toda la lentitud que consideres necesaria. Independientemente de la velocidad que le estés imprimiendo a tu lectura, cuando llegues a la palabreja en cuestión, frénate y léela despacio, todo lo despacio que necesites para no equivocarte (eje.: hi - e - ro - so - li - mi – ta – no).

Esto no es sólo para evitar tu error. Recuerda lo que he comentado en otras ocasiones: Como comunicador tu función es la de transmitir un mensaje con la máxima claridad posible para que el receptor lo entienda con total facilidad. El oyente agradecerá que le silabees una palabra o que se la digas muy lentamente porque así, la entenderá sin dificultad. Por el contrario si eres capaz de leerla con velocidad, es probable que “hayas superado la prueba de lectura” pero seguramente el oyente no habrá tenido tiempo de asimilar una palabra con la que no está familiarizado y no la habrá entendido. Resumiendo, te podrás sentir muy orgulloso de tu velocidad lectora pero habrás fracasado como comunicador porque el oyente no te habrá entendido.

Pero si a pesar de estos consejos, en alguna ocasión se te atraviesa una palabra (Ejemplo: Hieroseli, esto… Hierolisi…, quiero decir heriosolimi… ¡¡Socorroooo!!). Ten calma. El oyente en estos casos es muy comprensivo y se pone en tu lugar. Frena, coge aire y lee la palabra sílaba a sílaba (Ej.: Hi-e-ro-so-li-mi-ta-no), haz incluso algún comentario del tipo “vaya palabrita”. Habrás conseguido la comprensión y la complicidad del oyente.

Por último, todo esto me ha hecho recordar que en una Consejería de Educación de una comunidad autónoma, presentan como algo prioritario el fomento de la velocidad en la lectura de los niños escolarizados. Hacen campañas y premian a los más veloces.

Esto me hace plantearme varias cuestiones:
¿Para qué narices le sirve a un niño leer con rapidez?
¿Alguien le ha preguntado al niño si se ha enterado de lo que dice?
¿El Consejero en cuestión tiene algún trauma infantil que quiere superar con esto?

Echadle un vistazo al apartado de ejercicios. Os he dejado un listado de palabras difíciles para que practiquéis (Ejercicio 5)




viernes, 9 de marzo de 2012

jueves, 1 de marzo de 2012

Servicios de locución y audio

Te ofrezco mis servicios como locutor y como técnico de sonido para todo tipo de trabajos donde la voz o el sonido sean necesarios Dispongo de un estudio propio con la última tecnología. En la web www.angelbernardi.com tienes más información y algunas demos. Si necesitas realizar algún trabajo, coméntamelo. Seguro que llegaremos a un acuerdo.