lunes, 23 de febrero de 2015

Cómo convertir un microrrelato en un audio relato

La semana pasada se celebró en el colegio de mi hija la “semana de la cultura”. Dentro del completo programa de actos su profe me pidió que, al igual que otros padres, participase con alguna actividad relacionada con mi profesión. Tras barajar varias opciones, decidimos proponer a los chicos una actividad que quiero compartir con vosotros porque creo que puede ser un interesante ejercicio de creatividad. La idea en síntesis es crear un micro relato con el objetivo final de convertirlo en un audio relato.

Vaya por delante que ni soy escritor, ni experto literario, ni nada que se le parezca. En la práctica del colegio de mi hija la parte de redacción era responsabilidad del profesor y la mía se ceñía a lo que conozco, el montaje de sonido y la locución, que para algo es a lo que me dedico desde hace muchos años. Repito que el objetivo era crear una pieza sonora a partir de un microrrelato que para los chicos debía de  ser original pues esto implicaba una práctica de redacción supervisada por su maestro.  Pero para el ejercido que os propongo aquí es perfectamente válido un microrrelato escrito por otra persona aunque considero que el resultado final es más gratificante si el texto está creado por uno mismo.

En fin, os invito a disfrutar con la elaboración de un formato sonoro que me parece muy interesante y en ningún caso voy enseñar cómo se crea un microrrelato.


Esta práctica se divide en tres partes bien diferenciadas:
  1.    . Creación o elección del microrrelato
  2.    . Localización o creación de efectos y grabación de las voces
  3.    . Montaje

Creación o elección del microrrelato
Para explicarle a la clase de mi hija cómo llevar a cabo la práctica, decidí hacerlo sobre un ejemplo que es el que voy a compartir aquí:
En primer lugar hay que inventar una pequeña historia cuña lectura no supere el minuto de duración. Es importante tener en cuenta al escribirla, o al elegir una que ya esté escrita, que el objetivo final es convertirla en sonido y por lo tanto debe de incluir unos elementos que faciliten ese propósito: personajes, sonidos determinados, música, etc.
Inicialmente escribo la historia sin detallar personajes ni otros elementos sonoros aunque ya los tengo en la cabeza. Este es el microrrelato que a mí se me ocurrió:

Lucía era una niña de 10 años a la que le encantaba escribir historias. Lo mismo imaginaba un comienzo en una fría noche de tormenta, con rayos y truenos,… que en una expedición en lo más profundo de la selva perseguida por un tigre… o en un aeropuerto a punto de coger un vuelo con destino a Paris. Pero siempre que empezaba a escribir… su madre le llamaba para cenar… y sus historias desaparecían.

En segundo lugar reviso el texto y hago una “adaptación teatral” dando vida a los personajes y modificando levemente el texto original. Así ya tengo creado “el guion literario”:

Guion literario

Narrador: Lucía era una niña de 10 años a la que le encantaba escribir historias…

Lucía:       Era una fría noche de tormenta, con rayos y truenos
                  No mejor… “Me encontraba de expedición en lo más profundo la selva 

                  cuando escuché a pocos metros el rugido de un tigre…”
                  Uhm no, A ver así… “Ella se encontraba en el aeropuerto a punto de 
                   coger su vuelo con destino a Paris cuando por la megafonía 
                   anunciaron…”

Madre:      Lucía a cenar

Lucía:       Jo Mamá. Así no hay quien invente una buena historia.

Por último y antes de proceder a la grabación de las voces crearé el guion técnico-literario en el que incluiré los textos de los personajes y el resto de elementos sonoros que intervienen en la historia (efectos de sonido y música). En esta ocasión he elegido el formato europeo que consiste en diferenciar en columnas el apartado técnico y el literario. En la columna de la izquierda escribiré cronológicamente los diferentes elementos que intervienen en el audio relato y cómo lo hacen (volumen, intensidad, duración, etc.) y en la columna de la izquierda los textos de los personajes coincidiendo cada uno con el efecto o música que le corresponde.

Localización o creación de efectos y grabación de las voces
¡Ya tengo el guion! Ahora ya puedo empezar a crear mi audiorrelato. Tengo que buscar los efectos de sonido que necesito. Los puedo localizar en una librería de efectos o si no dispongo de alguno, agudizo el ingenio e intento crearlo yo mismo. En muchas ocasiones el sonido que produce un objeto doméstico se asemeja mucho a algunos de los difíciles sonidos que necesitamos crear.
Para este ejemplo, necesito efectos de tormenta con rayos y truenos, efecto de selva y rugido de tigre, ambiente de una terminal de aeropuerto y un efecto de disco rayado.
Voy a tener suerte porque los localizo rápidamente en la librería de efectos que tengo en el estudio. También he decidido que suene una música al principio para dar comienzo al microrrelato. He escuchado unas cuantas y ya he seleccionado una canción.
Y por fin, llega el momento de grabar las voces. Si has creado o elegido un microrrelato con varios personajes, tendrás que pedir la colaboración de alguna persona o atreverte a “desdoblarte” y leer tú todos los textos con diferentes voces. En esta ocasión para el ejemplo que nos ocupa he contado con mi hija a la que agradezco muchísimo que participara pese a su notable resfriado y por supuesto a su madre que interpreta una frase muy similar a la que utiliza todos los días a la hora de la cena (no le faltaba entrenamiento).


Montaje
Llegamos a la última parte de esta práctica. Se supone que ya hemos grabado todas las voces, hemos localizado y, si es necesario, grabado todos los efectos y tenemos preparada la música.
En este punto conviene dejar claro algo importante: Hoy en día el locutor profesional necesita saber utilizar un software multipistas o, dicho de otra manera, necesita saber hacer montajes de audio con diferentes elementos. Hay muchos Programas en el mercado y todos tienen seguidores y detractores (Adobe Audition, ProTools, Cubase, Sonar, etc.). Si aún no los utilizas elige el que más te guste, o el que más te aconsejen, y aprende a manejarlo. 

El locutor profesional debe de ser versátil ante el micrófono pero también en la parte técnica. Si queremos dar un servicio completo y de calidad hemos de dominar todo el proceso de una grabación. Por eso, doy por hecho que sabes manejar un programa de edición, pero que también sabes un programa multipistas y deseo que tú con tu creatividad hagas un fantástico montaje. Para mí el montaje es un arte donde interviene la creatividad, la sensibilidad y por supuesto la experiencia y los conocimientos técnicos. Un buen montaje depende de pequeños detalles, de la mezcla de volúmenes, del comienzo o el final de determinados elementos sonoros. En ocasiones el resultado óptimo depende de mover un milímetro uno de los sonidos o de subir o bajar un decibelio  alguna pista. Espero que la propuesta os sirva para practicar.

Éste es el que yo utilicé para la práctica en el cole de mi hija:

1 comentario:

  1. Yo suelo utilizar el Audacity (supongo que para un profesional se debe quedar corto), pero tiene la ventaja de que es gratuito, y no es excesivamente complicado para iniciarse.

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